Un departamento de 2 ambientes con más de 100 años de antigüedad (el edificio es de 1913) que se renovó completamente integrando espacios, cambiando pisos y con muchas manos de pintura blanca que junto a los muebles y decoración crean una ambientación minimalista, nórdica y vintage.
El sector del living en el ambiente principal del departamento, con un gran sofá de estilo contemporáneo y mesa de centro/apoyapies de igual diseño. La poca cantidad de muebles es lo que le aporta el carácter minimalista a la decoración.
La puerta en madera natural sin tratar funciona como elemento decorativo en sí mismo destacándose frente al blanco y los colores claros. La uniformidad de colores junto a la ausencia de alfombras y objetos que interrumpan la continuidad visual contribuyen a crear un espacio minimalista.
Como mueble de TV se utilizó un banco doble de madera antiguo. El cuadro apoyado complementa en tamaño a la TV, haciendo que pase más desapercibida. Los almohadones y textiles fueron la forma elegida para sumar colores diferentes al ambiente de manera natural.
Las puertas, ventanas y carpintería en general se renovaron con pintura nueva. También se quitaron las molduras de los techos para que los ambientes parezcan más modernos. Esto último contribuye a acentuar el minimalismo en la decoración al dejar únicamente lo básico y necesario.
Para crear el gran ambiente abierto que vemos ahora y convertirlo en el centro del departamento tuvieron que sacar la pared que dividía la cocina del living y cambiar los pisos de ambos para unificarlos. El resultado fue genial: un espacio amplio, cómodo y totalmente integrado en donde la luz se potencia gracias al blanco de las paredes y tonos claros del piso de madera de pino entablonado. Los techos de casi 3 metros de altura contribuyen a crear esa sensación de amplitud que caracteriza al departamento.
Vista de la cocina, el comedor y el sector del living, todo de líneas muy simples pero sofisticado a la vez.
El comedor, formado por una mesa ovalada y sillas, todo de estilo vintage. Al fondo, un conjunto de cuadros decoran el sector y suman color a la decoración.
La nueva cocina se diseñó en forma de «L» para mayor comodidad y funcionalidad. Los electrodomésticos grandes como la heladera quedan ocultos detrás de los muebles de cocina, todos en blanco con mesada del mismo color. En esta zona se bajó el cielorraso para incorporar luces embutidas. El detalle original: la pintura gris oscura que marca la bajada del techo.
La parte de la mesada que sobresale también sirve como barra desayunador y escritorio del lado de la ventana, con un pequeño espacio que permite ubicar bancos a tal efecto. Me gusta la combinación de los muebles blancos con la estantería de madera natural donde se colocaron objetos decorativos y libros a modo de biblioteca, indicando sutilmente el cambio de función del espacio.
El único dormitorio del departamento se divide en dos partes. Junto a la ventana se ubica la cama de 2 plazas con una cómoda de diseño nórdico. En el otro extremo se armó un dormitorio infantil, todo integrado pero separado visualmente por la decoración.
Los cajones de madera colgados en la pared son una buena forma de incorporar espacio de guardado sin ocupar lugar, y además son económicos. Con muy pocos objetos como los banderines, la alfombra infantil y los cuadros el espacio adquiere otra personalidad.
Una mesa extensible de madera hace de escritorio dentro del dormitorio. El placard/armario se ubica detrás, sin puertas al modo de walk in closet.
Hall distribuidor que comunica la entrada del departamento con el living/comedor y el baño. Junto a la puerta de entrada se armó un rincón para colgar abrigos, bolsos y dejar los zapatos, algo muy común en las viviendas nórdicas.
Plano del departamento de 2 ambientes luego de la reforma:
Departamento antes de la reforma
En las fotos de arriba y abajo, vista del living antes de la reforma, con las paredes empapeladas y los pisos con vinílico simil madera.
Arriba, el dormitorio antiguo, idéntico al living. Abajo, la cocina original del departamento.