Un loft pequeño de 79 metros² donde la gran variedad de muebles y objetos de diferentes épocas y estilos definen una ambientación ecléctica, personal y acogedora, totalmente opuesta al minimalismo.
Se trata del hogar de una joven pareja, su bebé y perro que se desarrolla en un gran ambiente abierto con todo integrado, incluido el dormitorio. De todas formas se las han ingeniado bien para sectorizar cada espacio y lograr una buena distribución teniendo en cuenta el número de muebles presentes en cada rincón de la vivienda.
En el living, la gran protagonista es la estantería que contiene más de 1000 libros y la decoración gira en torno a ella. El uso de alfombras, textiles, muebles de madera y muchas plantas de interior ayudan a suavizar los detalles que caracterizan este tipo de construcciones: techos muy altos, paredes de ladrillo visto, cañerías expuestas, grandes ventanales de hierro con vidrio repartido… Detalles propios del estilo industrial que pueden parecer fríos para una vivienda familiar.
Si definimos al maximalismo como lo contrario del minimalismo, este loft es un claro ejemplo del primero. En cada espacio o rincón encontramos una enorme cantidad de objetos con historia que están a la vista, formando parte de la decoración y el día a día de la familia.
El sector del dormitorio se encuentra junto al living del loft. La altura al igual que la cortina funcionan como separadores visuales entre ambos espacios.
Se construyó una plataforma de madera sobre la cual se ubicó la cama y la cuna del bebé. En la parte de abajo, todo ese espacio libre es aprovechado para guardar cosas.
Frente a una de las grandes ventanas y para aprovechar al máximo la luz natural, se armó un espacio de trabajo con un escritorio con caballetes de altura regulable.
La cocina se ubica en uno de los extremos del loft. Allí también la mezcla de muebles de tan diversos estilos y materiales es lo que le da ese marcado toque ecléctico a la decoración, lo que la hace única.
Via designsponge.com