Cuando veo imágenes de lofts, siempre pienso que allí deben vivir personas solteras y sin hijos, especialmente si el loft es de estética industrial, por lo fría que puede resultar la ambientación con este estilo en particular. Sin embargo, en el loft que les presento hoy, vive un matrimonio con dos hijos pequeños y si bien los detalles clásicos en estilo industrial de este tipo de construcciones se mantuvieron, lograron crear un espacio acogedor y apto para la vida familiar.
Originalmente este loft era una antigua fábrica de grandes dimensiones, desarrollada en dos plantas, con muchas divisiones internas y un generoso patio exterior. Para transformar el espacio en un lugar habitable, las reformas encaradas se centraron en eliminar dichas divisiones innecesarias de la planta baja para lograr un espacio integrado y más actual en donde funcionaran la cocina, el comedor y el living, siempre tratando de mantener el espíritu original de la construcción. Para ello, las ventanas fueron reemplazadas por otras nuevas y con mejor aislamiento conservando el diseño original de las anteriores. Las paredes de ladrillo a la vista fueron lijadas para darles nueva vida y en los pisos se optó por cemento alisado para mantener la estética industrial.
En cuanto a la decoración interior, las grandes dimensiones de la planta baja obligaron a utilizar muebles de tamaño extra grande para que no queden desproporcionados. La mayoría de los muebles son de madera, comprados de segunda mano y de estilo vintage que ayudan a contrarrestar los materiales fríos de la construcción y combinan con otros muebles de diseño contemporáneo (como el sillón) y los elementos en estilo industrial presentes en la cocina y en otros objetos decorativos como las tres lámparas del comedor. En diferentes rincones de la vivienda, diversos objetos decorativos suman la cuota de color a la decoración.
Con la reforma, la cocina se convirtió en el centro del hogar. Allí predomina una estética puramente industrial dada por los artefactos de cocina en acero inoxidable, la antigua heladera reciclada que sirve de mesada, los taburetes Tolix y artefactos de iluminación en metal. La alzada de la mesada, realizada en cerámicos con motivos geométricos, las paredes recubiertas de madera, y la disposición de los elementos de cocina a la vista ayudan a darle un clima familiar y cálido a la cocina. En la foto de abajo, una de las paredes se pintó con pintura de pizarrón, ideal para personalizar el espacio y útil para que los chicos jueguen.
En la planta alta del loft están los dormitorios y el baño principal. Para los dormitorios se recurrió a la calidez de la madera para ambientar, presente en pisos y paredes. Al estar sin tratar (o sin plastificar), otorgan a los dormitorios un aire rústico que se complementa con los muebles vintage, también en madera. Abajo, vista de la habitación infantil, con una estética totamente diferente a la del resto de la vivienda.
El baño es de estilo industrial, con pisos de cemento alisado y una paleta de color en blanco y negro con algún toque en gris. Una bañera realizada en hierro fundido que data de los años ’40 es la protagonista del espacio.
En la foto de arriba, vista del patio exterior de la vivienda. En el centro, un viejo árbol de Olivo en un cantero realizado con piedras actúa como punto focal del jardín.
Fotos de Pascal François via rumhemma.se