Una antigua casa de campo del siglo XIX adquiere nueva vida gracias a una serie de reformas que aportaron elementos contemporáneos a la decoración pero sin descuidar el tradicional estilo rústico de estas costrucciones.
El blanco es el hilo conductor que unifica todos los ambientes, presente en paredes y en el piso de entablonado de madera. El mobiliario, por su parte, en su mayoría de color blanco, combina piezas de estilo rústico y actual, complementándose y creando una ambientación que inspira calma y relajación.
Arriba, vista de la antigua galería reciclada que vuelve a mostrar todo su esplendor aportando alegría y color a la ambientación.
La cocina, de líneas simple, incorpora también el elemento de estilo rústico con sus pisos de madera pintada. Abajo, un área de estar de la planta alta, que repite los mismos pisos y suma machimbrado y vigas a la vista, reforzando el toque rústico de la decoración.
Simplicidad pura fue la consigna para la decoración del dormitorio principal (arriba). Muy pocos elementos decorativos pero de gran impacto: dos láminas colgadas en la pared y el perchero con ropa son puntos focales que aportan color.
Via http://tidningenlantliv.se/2012/05/30/formgivarens-paradis/