Es increíble el efecto que varias manos de pintura bien aplicadas pueden crear. En este caso, un antiguo monoambiente pequeño de estilo nórdico-escadinavo fue íntegramente pintado de blanco tanto paredes, pisos como la carpintería en general.
Con ésto se creó un espacio visualmente más amplio, luminoso y moderno sin necesidad de grandes reformas, economizando en materiales, ya que los elementos antiguos adquieren nueva vida.
En la cocina es donde más notable fue el cambio: el antiguo panelado de madera, ahora de color blanco, combina con los cerámicos sobre la mesada. La grifería moderna cromada y unos pocos elementos en acero como la campana y la mesada terminan de dar el toque contemporáneo y despojado al ambiente.
El ambiente principal es bien minimalista, donde una cama antigua con almohadones también cumple la función de sillón, acompañada de unos pocos pero bien elegidos muebles de estilo que también fueron pintados de colores claros. A un costado de la ventana se colocó un pequeño silloncito y una lámpara de pie creando un rincón de lectura. Baúles de diferentes épocas, colores y tamaños aumentan el espacio de guardado y decoran la habitación.
Via Stadshem