Normalmente una estación de policía no es un lugar que uno quiera frecuentar muy seguido pero cuando sus actuales dueños daneses la vieron por primera vez, quedaron fascinados con ella y decidieron encarar un reciclaje completo de la propiedad para transformarla en su hogar.
Originalmente sus pisos estaban cubiertos de vinilo azul brillante, las paredes estaban pintadas de púrpura y las puertas de naranja pero allí estaba todo el espacio y aire que necesitaban.
La mayoría de las paredes fueron demolidas para crear los dormitorios de los hijos y una home office. Los ambientes tienen cielorrasos altos y generosos ventanales que proporcionan grandes caudales de luz natural.
La entrada era cerrada pero se decidió abrirla a la cocina para agrandar el espacio.
Los grandes cuadros en blanco y negro son obra de Michael Kvium. Las dos lámparas colgantes son de una vieja fábrica francesa.
La cocina es simple y con amoblamiento minimalista en blanco y negro. Hay una mezcla de elementos de estilo industrial con otros románticos, como los candelabros, que marcan personalidad.
Via BoligMagasinet